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Razas autóctonas gallegas: la Vianesa
Son animales muy vigorosos, con una gran adaptación al medio. Su nombre deriva de Viana do Bolo, capital de su comarca de origen, O Bolo.
Las condiciones orográficas de esta zona montañosa de la provincia de Ourense dificultaron la maquinización agrícola y permitieron los sistemas de explotaciones tradicionales, necesitados de animales de triple aptitud: trabajo, carne y leche; por lo que esta raza gozó en otros tiempos del mayor censo de las morenas gallegas.
Su cabeza es pequeña, con cara alargada y estrecha en el morro, en donde presenta mucosas oscuras y orla blanquecina. Son características las abundantes formaciones de pelo sobre la frente los denominados “flequillos” y también en los pabellones auditivos, los denominados pendientes.
El peso medio es de 560 kg para las hembras y 850 kg para los machos y la alzada media a la cruz es de 132 cm para las hembras y 138 cm para los machos.
El tronco es amplio, con línea dorsolumbar horizontal o en ligera inclinación hacia la grupa. Capa castaña con expresiones más oscuras en los toros y más claras o rubias en los terneros.
A las cualidades propias de todas las razas rústicas, perfectamente adaptada al medio montañoso y a las particularidades climáticas, hay que sumar sus buenas cualidades maternales, principalmente la producción lechera, que se traduce en un alto ritmo de crecimiento en los terneros y garantiza una mejor clasificación de las canales.
El sistema de explotación sigue pausas tradicionales, con la fórmula mixta de estabulación durante la fase de climatología adversa, y de pastoreo sobre prados, pastizales y áreas de bosque y matorral al final de la primavera, verano y parte del otoño. Solamente el ganado empleado en las faenas agrícolas y los terneros de recría durante su preparación para el mercado reciben complementos de concentrados.
Fuentes: