La industria cárnica gallega es una de las más antiguas y respetadas en España, con…
Las posibles consecuencias de la victoria de Donald Trump en EE.UU. en el sector del vacuno europeo
La política exterior de Estados Unidos es un factor decisivo para el comercio internacional, y la influencia de un presidente como Donald Trump, con un enfoque económico nacionalista y proteccionista, podría tener consecuencias relevantes para el sector del vacuno en Europa.
Con el regreso de Donald Trump al poder, es probable que refuerce las políticas proteccionistas en materia económica, un enfoque que ya impulsó durante su primer mandato con la implementación de aranceles elevados a productos provenientes de varios países, incluida la Unión Europea. Esta política busca reducir la dependencia de productos extranjeros, favoreciendo la producción interna y la generación de empleos.
En concreto para el sector del vacuno español, esto podría significar un acceso aún más restringido al mercado estadounidense, lo que llevaría a una caída en las exportaciones hacia este destino. A pesar de que el vacuno español representa un porcentaje relativamente pequeño en el mercado de carne estadounidense, cualquier limitación en un mercado de tan alta capacidad adquisitiva representa una pérdida significativa.
En respuesta, los ganaderos y exportadores europeos podrían verse forzados a buscar otros destinos comerciales o incluso reducir su producción para adaptarse a la demanda interna, lo cual no es fácil en un contexto europeo donde el consumo de carne ha disminuido.
Otra posible consecuencia del triunfo de Trump es que EE.UU. intensifique los acuerdos comerciales bilaterales con países que también exportan carne de vacuno, especialmente en Sudamérica, como Brasil y Argentina, que podrían suplir las necesidades del mercado estadounidense con productos de precios más competitivos. Esto podría presionar aún más a los productores europeos, incluyendo los españoles, al enfrentarse a una competencia global más agresiva.
La capacidad de los ganaderos españoles para competir con los bajos costos de producción de Sudamérica es limitada debido a los altos estándares de calidad y sostenibilidad impuestos por la Unión Europea. No obstante, en un mercado donde el precio suele ser determinante, los consumidores estadounidenses podrían decantarse por la carne sudamericana, dejando menos margen de maniobra para las exportaciones.
La política de “America First” impulsada por Trump ya afectó en su día a varios mercados europeos, al generar incertidumbre económica y afectar el flujo comercial global. Si se repiten las políticas arancelarias, podría generarse una presión indirecta sobre los precios de la carne en España, ya que un aumento de las barreras comerciales tiende a provocar un efecto dominó en los mercados internacionales.
El mercado estadounidense es un referente en tendencias de consumo global y ha mostrado una creciente inclinación hacia productos sostenibles y de alta calidad, en los que la industria cárnica española podría encontrar una ventaja competitiva. No obstante, si Trump acentúa la política de cierre del mercado, esta oportunidad podría frustrarse, dejando a los productores españoles con pocas posibilidades de aprovechar esta tendencia y alinearse con las preferencias de los consumidores estadounidenses. En su lugar, los productores de carne en Estados Unidos podrían recibir mayores apoyos gubernamentales, incentivando el consumo de productos locales y limitando el atractivo de las importaciones españolas, incluso aquellos con certificaciones de sostenibilidad.
En resumen, en un contexto donde el proteccionismo estadounidense gana terreno, el sector del vacuno europeo se vería forzado a adaptarse y encontrar nuevas estrategias para competir en un entorno cada vez más incierto y desafiante, buscando diversificar sus mercados y mejorar su competitividad para enfrentar estas posibles barreras.