La industria cárnica gallega es una de las más antiguas y respetadas en España, con…
¿Contiene antibióticos la carne que consumimos?
Seguimos hablando de bulos o fakes que tan de moda están en estos tiempos. Lo hemos oído miles de veces “comemos filetes con antibióticos”, pues una mentira repetida mil veces no la convierte en verdad. Vamos a intentar aclarar que tiene y qué no tiene la carne que consumimos.
Si la pregunta es si se usan antibióticos en las explotaciones, la contestación es clara y concisa: sí se utilizan. Pues claro, es normal, los animales se ponen enfermos y hay que tratarles.
En la granja, si un animal se pone enfermo se lo contagiará a los demás (como nuestros pequeños en el colegio) así que, durante mucho tiempo, los ganaderos han utilizado antibióticos de forma “preventiva” para evitar esto, mal hecho.
Igual que hacemos nosotros con la gripe, durante muchos años se han estado prescribiendo antibióticos para este tipo de enfermedad, la gripe, mal hecho, no sirven. Nos recetan antibióticos, pero a los tres días nos encontramos bien y dejamos el tratamiento. Estas prácticas han provocado que las bacterias se hagan resistentes a algunos antibióticos que tenemos disponibles en el mercado.
Volviendo a la granja, esta práctica ha generado que las bacterias de los animales también se hagan resistentes. La Unión Europea comenzó a monitorizar la resistencia a antibióticos en producción animal el año 1999 y prohibió definitivamente su uso como promotores del crecimiento en el año 2006. Es decir, en la actualidad no pueden ser empleados para el engorde de los animales, sino que su uso está restringido al tratamiento de enfermedades, siempre bajo prescripción veterinaria.
También otros organismos como la Organización Mundial de la Salud lanzan regularmente campañas para concienciar de este problema e informar tanto a profesionales como a la población general. Y es que la resistencia a antibióticos no sólo obedece a las malas prácticas en producción animal. También hay que considerar otras causas, como las deficiencias en el control de infecciones en hospitales, la falta de higiene y, sobre todo, el mal uso y el abuso que nosotros mismos hacemos de los antibióticos. No hay que olvidar que aún hay profesionales sanitarios que prescriben estos medicamentos en exceso y, sobre todo, pacientes que no siguen los tratamientos completos o que se automedican, incluso para tratar de combatir enfermedades de origen vírico, contra las que los antibióticos no tienen efectividad alguna, ya que sólo afectan a bacterias.
Como conclusión podemos decir que se usan antibióticos en las granjas (ahora hay un plan para el consumo racional de antibióticos que está funcionando muy bien) no significa que esos antibióticos lleguen a la cadena de consumo.
Antes de sacrificar al animal en Frigoríficos Bandeira, es necesario que pase un tiempo de seguridad en el que el antibiótico se elimina de su cuerpo. Se analizan muestras y se comprueba que no hay ningún antibiótico que pase los límites que dicta la legislación.
La EFSA (Agencia Europea de Seguridad Alimentaria) recoge muestras aleatorias. En el último informe (2018), el 99,8% de las muestras analizadas estaban correctas, es decir, podemos afirmar de manera clara y rotunda que: NO COMEMOS CARNE CON ANTIBIÓTICOS.